Home » Artículos científicos » Decálogo de la prótesis parcial removible a extremo libre (Dr.Ernest Mallat)

Decálogo de la prótesis parcial removible a extremo libre (Dr.Ernest Mallat)

En este decálogo comentaré los 10 puntos más relevantes en prótesis parcial removible (PPR) a extremo libre, el tipo de prótesis parcial removible más exigente en cuanto a diseño. Quedan otros puntos de interés en PPR a extremo libre pero mi idea es resumir todo aquello que considero más relevante. Un capítulo aparte son los rebasados de los extremos libres, a los que dedicaré próximamente un post en el que explicaré de forma pormenorizada el protocolo que sigo.

Al plantear una prótesis parcial removible a extremo libre es fundamental tener presente la biomecánica de la misma ya que ésta será la que influya más determinantemente en el diseño de la misma (la localización de los topes oclusales, las características de los planos guía, los retenedores indirectos, el tipo de retenedores que se utilizarán y los conectores mayores). Si no se siguen los principios que se citarán aumentará de forma considerable el riesgo de sobrecarga de los pilares y de movilidad y desplazamiento de los mismos.
Cuando la prótesis se apoya tanto en dientes como en mucosa siempre se generará con el tiempo una rotación de la PPR debido a la reabsorción de la cresta. El eje de giro de esa rotación se situará a nivel del tope oclusal del pilar adyacente al extremo libre. Al principio de llevar la PPR el paciente apenas notará esa rotación ya que el ajuste de la base a la mucosa subyacente es bueno, pero a medida que se va reabsorbiendo la cresta se producirá una desadaptación de la base y la rotación citada. El diseño planteado no está pensado para cuando se acaba de colocar la PPR sino para cuando ya se haya producido la desadaptación y el paciente no acude a las citas de revisión a rebasar la PPR.
Un hecho que hay que tener presente es que la rotación generada en estos casos de clases I y II de Kennedy es mucho más probable en la mandíbula que no en el maxilar superior ya que los conectores mayores maxilares se apoyan en el paladar y disipan más y mejor las fuerzas generadas por la citada rotación.

No se puede hacer una correcta prótesis parcial removible sin preparar los dientes. Los descansos oclusales deben ser preparados en los dientes de tal manera que las fuerzas oclusales que transmitan los topes a los dientes pilares se sitúen paralelas al eje mayor del diente. Esto sólo es posible si la base de la preparación es perpendicular al eje mayor dentario.
En prótesis intercalar, es un principio básico colocar siempre el tope oclusal en la zona del diente pilar adyacente al tramo edéntulo ya que hay que evitar que el alimento penetre entre el diente y la prótesis. No olvidemos que son estas caras proximales de los dientes pilares las que se ven afectadas con más frecuencia por caries. Ahora bien, cuando se trata de extremos libres es preferible desplazarlo a la zona mesioclusal ya que la impactación de alimentos no es tan perjudicial para los pilares como lo son las consecuencias de la rotación de la prótesis. Al situar el tope en mesial se consigue múltiples ventajas. En primer lugar, podremos situar siempre la punta del brazo retentivo por detrás del tope con el fin de que, al ocluir el paciente, ésta se desplace hacia gingival y se separe del diente (así, la rotación de la prótesis no transmitirá fuerzas torsionales al pilar), tal y como se muestra en la figura de la derecha.

En segundo lugar, se mantiene cerrado el punto de contacto mesial ya que, al no poder situar el tope en el centro de la cara oclusal siempre habrá una tendencia a inclinar el pilar. Si lo colocamos en distal tenderá a distalar el diente provocando la pérdida del punto de contacto mesial (tal y como se muestra en el esquema inferior). Esta situación se verá potenciada por el hecho que siempre que se coloque el tope en distal quedará la punta del brazo retentivo por delante de él y al rotar la prótesis la punta retentiva ascenderá y sobrecargará el pilar. Si, en cambio, se sitúa el tope en mesial, convertiremos esta tendencia a la mesialización en un factor favorable que tenderá a mantener cerrado el punto de contacto mesial, tal y como se muestra en el esquema superior.
En tercer lugar, al alejar el tope de la edentación, aumenta el radio de giro con lo que las fuerzas masticatorias se transmitirán de forma más vertical a la cresta residual y se reducirá el riesgo de pellizcar la encía que queda en distal del pilar.

Toda PPR a extremo libre presenta dos posibles desplazamientos, uno en sentido gingival y otro en sentido coronal que tiende a desinsertar la prótesis. En el primero, el fulcro se halla a nivel de los topes oclusales más distales de cada lado de la arcada y se genera cuando el paciente mastica. El segundo tipo de desplazamiento se genera cuando el paciente mastica alimentos pegajosos (p.ej. pan demolde) y al abrir la boca esos alimentos tienden a levantar la base separándola de la mucosa subyacente. En este caso, el fulcro no se halla a nivel de los topes más distales, como se suele creer erróneamente, sino que pasa por las puntas de los brazos retentivos más distales de cada lado, que son quienes tratan de oponerse a ese desplazamiento. Esto es así desde el momento en que son esas puntas de los brazos retentivos que se hallan por debajo del ecuador dentario las que, en caso de desinserción, frenarán el desplazamiento hacia coronal y actuarán como fulcros. Los topes, en ningún momento se opondrán a la desinserción.
Para evitar que la base se levante es fundamental que la PPR incluya retenedores indirectos. Si en una prótesis extremo libre no se diseñan retenedores indirectos, el paciente se quejará de que debajo de la base de la PPR le entra la comida. Los retenedores indirectos, al igual que los topes, deberán descansar siempre sobre superficies preparadas del diente. De esta manera conseguiremos controlar y predecir la transmisión de las cargas sobre los dientes implicados a la vez que el paciente no notará su presencia ya que quedará dentro del contorno dentario. El asiento debe ser sobre una base perpendicular al eje mayor dentario si no queremos que provoquen la vestibulización del diente.
Desde el punto de vista del diseño, los retenedores indirectos serán tanto más eficaces cuanto más alejados se hallen del fulcro. Para decidir su localización hay que trazar primero de forma imaginaria la línea de fulcro y, a continuación, buscar el diente más alejado de ella en sentido contrario al de la edentación y que sea capaz de soportar la carga que supone la retención indirecta (hay que excluir siempre a los incisivos inferiores y los incisivos laterales superiores como pilares para retención indirecta, a menos que se haya diseñado una barra Kennedy).
En el esquema de la derecha se observa una clase II de Kennedy (extremo libre unilateral) en la que hemos dibujado en rojo los brazos retentivos (se suele colocar un gancho doble Ackers en el lado dentado), los topes de color negro (que aunque parecen coincidir con el fulcro que está en verde, no lo determinan tal y como he comentado). El fulcro que se genera cuando se mastican alimentos pegajosos pasará por la punta del brazo retentivo del 33 y por la punta del brazo retentivo distal del gancho doble Ackers (en el 47). El diente más alejado del fulcro que es capaz de llevar la carga de la retención indirecta es el 43, por ello situaremos el retenedor indirecto en mesial del 43 o en distal del 43.

Cuando se trata de un extremo libre bilateral se buscarán retenedores indirectos a ambos lados de la línea media ya que debe haber una retenedor indirecto por cada base a extremo libre y, como hay dos, deberá haber dos retenedores indirectos. En la figura de la izquierda se muestra un extremo libre bilateral y se ha dibujado el fulcro y la zonas más alejadas del mismo en verde, los brazos retentivos en rojo y los topes en negro. El retenedor indirecto de mesial del 33 actuará cuando la base del cuarto cuadrante trate de separarse de la mucosa, mientras que el retenedor indirecto de mesial del 43 actuará cuando la base del tercer cuadrante trate de separarse de la mucosa.
Cuando un retenedor indirecto deba situarse en un incisivo lateral superior o en un incisivo inferior debido a que quedan pocos dientes, la barra Kennedy será de elección. Una buena regla para optar por la barra Kennedy es que siempre que en un extremo libre bilateral queden menos de 8 dientes se optará por una barra Kennedy.

Los planos guía son aquellas superficies dentarias paralelas entre sí que determinan la vía de inserción y desinserción de la prótesis. Lo ideal es que se tallen perpendiculares al plano oclusal ya que ésta es la dirección de inserción y desinserción que resulta más cómoda para el paciente y la que utiliza de forma habitual. Todos los planos guía deben ser paralelos a la vía de inserción. El elemento de la PPR que entra en contacto con el plano guía es la placa proximal. La placa proximal fue ideada por Kratochvil con el propósito de eliminar el espacio entre el diente pilar y la prótesis para evitar o minimizar la impactación de alimentos entre ambos y poner metal bien pulido en contacto con el diente en lugar de resina acrílica.
En prótesis a extremo libre la placa diseñada por Kratochvil presentaba el inconveniente que era excesivamente larga y, al mantener un contacto íntimo con el diente en toda su longitud, impedía totalmente la rotación de la base de la prótesis a extremo libre. Hay que tener en cuenta que esta rotación estará siempre presente y que no debemos oponernos a ella sino al contrario, permitir que se produzca libremente. Krol mejoró el diseño de la placa proximal. Acortó el plano guía del diente dejándolo en sólo 2-3mm en sentido oclusogingival y redujo el área de contacto de éste con la placa a sólo 1mm (en la unión del tercio medio con el tercio oclusal de la cara proximal). A partir de este punto y en sentido gingival la placa se separa progresivamente del diente, quedando un ligero espacio por gingival que permitirá la rotación. A pesar de que este espacio puede favorecer el acúmulo de alimentos y la hipertrofia gingival, Krol consideraba que eran peores las consecuencias derivadas de limitar la rotación. En el laboratorio se aliviará con cera la cara distal del pilar creándose este espacio entre la placa y el diente. Por último y para mejorar la estética, se elimina la porción más oclusal de la placa con lo que será el diente artificial el que contacte directamente con el diente pilar. Este tipo de plano guía así como la placa proximal de Krol serán los que se tallarán y diseñarán en las PPR a extremo libre.

En extremos libres serán de elección las bases combinadas ya que será preciso realizar rebasados periódicos. De los diferentes diseños propuestos para las bases combinadas el mejor y de elección es el que es en escalera, con una barra vestibular, una barra lingual (que en el superior va incorporada al conector mayor) y unas barras transversales que las unen (una por diente ausente). Esta base aporta la suficiente rigidez y resistencia a la vez que facilita el empaquetado de la resina (las rejillas incluyen con facilidad poros durante ese proceso). La línea de terminación de la resina dentro de la base será siempre a tope, ya que los biseles de resina son frágiles y, no existiendo unión química con el metal de la PPR, se favorece la filtración.
Las bases en PPR mandibular recubrirán siempre los trígonos retromolares, deberán ser suficientemente extendidas a vestibular y lingual y tomaremos impresiones funcionales de la mucosa de soporte. Cuando se trate de extremos libres maxilares buscaremos siempre cubrir las tuberosidades. De esta manera, con una amplia superficie de soporte disminuirá la presión que ejerza la base en cada punto y disminuirá, por tanto, la velocidad de reabsorción de la cresta.

En las bases a extremo libre hay que colocar topes tisulares debajo de ellas (imagen superior izquierda). Esto es así ya que, no existiendo un pilar posterior, queda toda la estructura de la base en voladizo (imagen superior derecha) y se desplazaría la base hacia gingival en el momento de enmuflar (imagen inferior izquierda). Si la base lleva tope tisular, frena ese desplazamiento y se mantiene toda la estructura de la PPR en posición mientras se procede al enmuflado (imagen inferior derecha).
Por otro lado, el tope tisular nos permitirá controlar que se ha empaquetado correctamente la resina acrílica de la base y ésta no ha quedado alta. Si al recibir la PPR terminada observamos que los topes oclusales no asientan bien en el modelo la causa es que ha quedado resina debajo del tope tisular. Por ello, lo primero que haremos será comprobar que los topes tisulares están libres de resina. Por este motivo, pido también topes tisulares en tramos intercalares.

En la figura de la izquierda se muestra cómo debe dibujarse en el modelo el tope tisular. Siempre debajo de una de las barras transversales de la base combinada.
Cuando se recibe la prótesis en la fase de prueba de dientes en cera y la prótesis acabada, los topes tisulares siempre deben estar libres de cera y de resina ya que ello implicará que tanto después del proceso de montaje de dientes en cera como después del acabado de la PPR, la prótesis está bien asentada en el modelo y, por tanto, asentará bien en boca. Por ello, antes de probar la PPR debemos observar en el modelo que los topes oclusales asientan en los dientes pilares y, por otro lado, los topes tisulares están completamente limpios. En la figura del centro se muestra una base acabada y bien procesada, mientras que en la figura de la derecha se observa una base en que la resina ha recubierto el tope tisular, con lo que seguro que no podrán asentar correctamente los topes oclusales en los dientes pilares. En último término, los topes tisulares nos sirven de control de calidad.

En general, es necesario dejar un alivio debajo del conector mayor con el fin de evitar que éste se presione y lesione la encía por lingual de los dientes anteriores debido a la rotación de la PPR. Aunque el día de colocación de la PPR apenas habrá rotación debido a la buena adaptación de la base de resina, con el paso del tiempo, esa rotación irá aumentando como consecuencia de la progresiva reabsorción de la cresta. Por ello, ese aliviado debe ser siempre planificado en el momento del diseño de la PPR ya que, de lo contrario, la única opción que tendremos para disminuir la presión sobre la encía será, además de rebasar la prótesis, retocar el conector mayor con lo que se debilitará, perderá rigidez y podrá deformarse.
El alivio será de Será mayor o menor dependiendo de dos factores: según la anatomía de la cresta por lingual y según la situación del conector mayor en relación a la línea de fulcro. Si la pared de la cresta por lingual es totalmente recta el alivio será de 0.5mm. Si está pared está inclinada hacia vestibular el alivio deberá ser mayor y llegará a 0.75mm. Estos alivios son aplicables a aquellos casos en los que el conector mayor se sitúe por delante de la línea de fulcro que generan los topes oclusales al masticar el paciente (esquema de la derecha).
Por otro lado, en todos aquellos casos en los que el conector mayor se sitúa por detrás de la línea de fulcro, se producirá un desplazamiento del mismo hacia adelante y hacia abajo cuando el paciente mastique, por lo que el alivio deberá ser mayor ante el mayor riesgo de presionar la mucosa (serán los casos en los que sólo quedan los dientes anteroinferiores o en los pacientes con arcadas cuadradas). En estos casos, independientemente del tipo de cresta, siempre se dejará 1mm de alivio debajo del conector mayor.

En los extremos libres los retenedores deben ser capaces de adaptarse a la rotación de la prótesis sin transmitir fuerzas torsionales sobre los dientes pilares. Así pues, la garantía de que esto no se producirá será que los brazos retentivos se separen del diente pilar cuando la base se desplace hacia la mucosa durante la función. Para evitar la sobrecarga deberán cumplir dos requisitos: en primer lugar serán preferiblemente ganchos a barra, ya que al ser más largos siempre serán más flexibles y transmitirán menos fuerza a los dientes pilares, y, en segundo lugar, la punta del brazo retentivo no se situará nunca por delante del tope, al contrario, siempre deberá por distal del mismo. De esta manera, cuando rote la base la punta retentiva se separará del pilar ya que se desplazará a gingival. La única limitación de los ganchos a barra es que el fondo de vestíbulo sea suficientemente profundo y no haya ningún frenillo en la zona de recorrido del propio gancho.
Aunque el clásico gancho para extremo libre es el gancho a barra en I (imagen de la izquierda) el paciente tiene dificultades para retirar de la boca ya que la única parte horizontal accesible para ello es la porción horizontal del gancho que se sitúa sobre encía adherida. Por ello, es mucho más práctico utilizar una variante del gancho en T partida en que la emergencia es hacia mesial y no hacia distal como es el clásico gancho en T partida (imagen de la derecha). Con este diseño, al paciente le resulta sumamente fácil retirar la PPR de la boca.

Las impresiones para PPR a extremo libre seguirán el protocolo que ya describí en el post de toma de impresiones en PPR con siliconas de adición.

Un problema muy habitual cuando se hace la prueba de dientes en cera en los casos de extremo libre es que al tratar de ocluir el paciente sólo contactan los últimos molares de la PPR con los antagonistas quedando de ahí en adelante una mordida abierta. El motivo es que cuando se tomó el registro interoclusal para realizar el montaje de dientes en cera la cera no estaba bien atemperada por lo que se intruyó la base bajo las fuerza oclusal. Este leve desplazamiento de la base falsea el espacio interoclusal quedando registrado un mayor espacio del que hay en realidad, por lo que el montaje de dientes quedará alto a nivel de los último molares. La única manera de evitarlo es tomar un registro con un material que no desplace la base en absoluto y, en caso de utilizar ceras de registro, que esté bien atemperada.

En prótesis removible, ya sea parcial o completa, es conveniente montar los dientes de resina sobre cresta para mantener una buena estabilidad de la prótesis mientras el paciente mastica. A veces, el antagonista nos obliga a montar los dientes de resina fuera de cresta con el objeto de conseguir una adecuada oclusión. En estos casos, si no se montan sobre cresta, cuando el paciente mastique se producirá un movimiento de vaivén alrededor de un eje que pasa por la cresta produciendo una pérdida de estabilidad de la prótesis y pérdida de retención en un periodo corto de tiempo. Este hecho suele ser más patente en prótesis inferiores y a nivel de caninos y premolares (los molares mandibulares suelen quedar montados sobre cresta). En la arcada superior también se produce y, en este caso, puede afectar a cualquier diente posterior ya que, debido a la reabsorción centrípeta del maxilar, es habitual que incluso los molares queden montados fuera de cresta.
Si se ha montado fuera de cresta, por ejemplo el 34, cuando el paciente mastique por el lado izquierdo y la comida impacte sobre la cúspide vestibular del 34, al estar fuera de cresta, la prótesis rotará hacia el lado izquierdo y se producirá un ascenso del lado derecho lo que, de forma repetida, provocará un aflojamiento del gancho del lado derecho. Esta pérdida de retención se producirá en un periodo de tiempo relativamente corto.
Para montar sobre cresta nos veremos obligados en muchos casos a recurrir a oclusiones cruzadas en sectores posteriores. Es una oclusión totalmente aceptable si con ello garantizamos la estabilidad de la PPR a extremo libre. En estos casos, debemos evitar dejar una oclusión “borde a borde” en sectores posteriores (es decir, dejando que ocluyan cúspides vestibulares superiores con cúspides vestibulares inferiores) ya que se favorecerá que el paciente se muerda la mejilla. Es fundamental que a nivel de cúspides vestibulares siempre exista un resalte, por ello, en caso de que la oclusión nos lleve a una oclusión “borde a borde” en sectores posteriores será preferible transformarla en oclusión invertida para evitar que el paciente se muerda la mejilla.

 

 

4 Responses so far.

  1. Cristina dice:

    Gracias por este decálogo. Llevo años haciendo PPR y aún así me ha resultado muy aclaratorio. Me alegro de que exista gente que publique estas cosas de forma altruista.

  2. Rocio Rios dice:

    Excelente información, muy completo.

  3. norge dice:

    gracias un problema en la PPR que se nos presenta con frecuencia,donde la solucion a veces se hace compleja

Responder a Dr. Ernest Mallat Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *